Tengo que
despedirme.
No despedirme, porque nunca podría despedirme de ti así, como quien
cierra la puerta y se va y no vuelve jamás. Yo tengo que despedirme
de ti, antiguo Novio Mío, para poder decirte hola todos los días de
una manera diferente. Te digo –como en la canción- que tus recuerdos
son cada día más buenos y el olvido se llevó eso que solo debe
desempolvarse para que no te vuelva a pasar. Querido Querido Sr. Ex
Novio (te juro que nunca te vuelvo a llamar así), Ud. es, ha sido y
espero que siga siendo de los mejores amigos que tengo. ¿Cree Ud.
que lo he olvidado? Cómo podría olvidarlo, mi querido Best Friend.
Lo recuerdo todos los días, día y noche y brick a brac y lo recuerdo
no con mi memoria obsesiva –esa que se llevó el viento cuando me
dejaste- lo recuerdo así, como lo que siempre ha sido: el chico
dulce que caminaba a mi lado y mientras yo contaba sus pasos. ¿Cree
Ud. que yo podría dejar de recordarlo? ¿Cree Ud. que podría dejar de
quererlo? Imposible, Mi Adorado, sencilla y totalmente imposible.
Solo dejé de amarlo con amor de mártir, así como Ud. dejó de amarme
a mí; así como Ud. tuvo que dejarme aquel día y yo después tuve que
dejarlo también. Y se lo agradezco, Sr. Mejor Amigo, le agradezco
haberme dejado, que por la rutina de necesitarlo tanto, yo a fuerza
de meditarlo miles de veces -durante los últimos años- perdía las
fuerzas y se me esfumaban las ganas y me decía así como en el poema
“tonterías, figuraciones, cosas que inventan los chavales”. Le
agradezco enormemente haber sido fuerte –más fuerte que yo-, haber
sido sabio –más sabio que yo- y le agradezco haberme dicho adiós. No
le perdono la falta de histrionismo, Ud. me conoce, yo hubiera
querido un final de novela y lo hubiera querido ver llorando -como
nunca lo hizo por mi- y hubiera querido que me dijera algo que yo
deseo creer que sí ocurre: que me iba a extrañar muchísimo (como
espero que lo haga). Pero cómo no me va a extrañar, querido Mejor
Amigo, sería imposible no extrañarme, no por ser yo muy especial
sino por los (365 X 6) días que pasamos juntos y por todo lo que tú
y yo sabemos -y que no pondré aquí porque aunque el anonimato te
protege sé que me matarías-.
Acá sigue tu lugar esperando que vengas a sentarte en la silla de mi
Mejor Amigo cuando desees. Acá estoy yo por los siglos de los siglos
cuando me necesites. Acá están mis oídos, mis brazos y mis besos
super castos para tus dos mejillas, cuando los requieras, porque te
quiero con todos los cariños buenos del mundo.
Yo tampoco regresaré contigo nunca y por eso mismo siempre –que tú
quieras y aún cuando no quieras (porque si no quieres será aunque
sea con el pensamiento)- estaré a tu lado.
Adiós, antiguo novio mío y bienvenido como siempre querido mejor
amigo.
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